El lunes pasado, la sesión práctica que desarrolló nuestra profesora trató sobre un tipo de modelo llamado "cuento motriz", que consiste, explicado muy brevemente, en intercalar partes de una historia con el desarrollo de juegos que tengan que ver con la misma. Me explico: si en un momento dado quisiéramos preparar un cuento sobre dinosaurios, relataríamos primero la introducción y entonces jugaríamos para desarrollar el contenido que hubiésemos planificado.
Al principio me costó un poco imaginar cómo unos niños tan pequeños podrían seguir el hilo de la historia, pero después de ver cómo nosotras mismas conseguíamos atar cabos tan sólo con las reglas de los juegos cambié de opinión.
Después de darle vueltas y pensar en la motivación que despiertan tanto las temáticas bien escogidas como los juegos comprensibles y activos en nuestros pequeños alumnos, me di cuenta de que la respuesta a mi pregunta era bastante clara: absoluto éxito.
En el polinomio del aprendizaje, si sumamos la curiosidad, la dedicación de un maestro motivado, las ganas de aprender y todo esto lo multiplicamos por la diversión de nuestros alumnos, el resultado se resume en una enseñanza eficaz, motivadora y abierta a más descubrimientos de los que el maestro quiera ser patrocinador.
¿Qué tal la experiencia práctica como docente en el cuento motor de "gotino"?
ResponderEliminar¡Me gustó mucho! Aunque el tema concreto del ciclo del agua me parecía un contenido complicado, con el cuento quedó bastante esclarecido; supongo que su eficacia con los niños dependerá del momento en el que se aplique, de los conocimientos previos de estos sobre la temática y, cómo no, de la edad de los educandos.
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